martes, 30 de junio de 2009

INTEROCEANICA: ¿COMO NOS METIMOS EN ESTE LIO?

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Izquierda: José Calderón en el río Acre, enla frontera de Brasil y Bolivia
Derecha, Eric Dañino en un lugar llamado Infierno.
Mas abajo: Imagen de la bohemia en el Bunker de José Calderón

Viajar para algunos es un placer. Para otros, una necesidad. Conocí una asistente de un diplomático de Asia residente en Lima que decidió viajar a Brunei por que´-así me dijo- allí estaba la solución a sus problemas espirituales. Sin querer entrar al esoterismo, considero que viajar es un asunto que se va haciendo de a pocos como un rompecabezas que se va armando pieza a pieza, solo que sin saber cual es la imagen que se verá al finalizarlo. Nuestro ingreso al Amazonas fue de esa forma. Inesperado. Y comenzó cuando se me ocurrió cambiar mi estancia de urbanícola por una absolutamente natural.
Estábamos hartos de trabajar en los diarios. Todos se estrechaban aceleradamente. No había porvenir. Pero aun así persistíamos, por esa proclividad, defecto o manía del periodista de ser un voyerista de la vida
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Hubo momentos exitantes, reconozco. Aun está apimentado y humeante el recuerdo de un gran escándalo que hicimos con mi amigo Eric Dañino en el 2004, me parece. Agonizaba en un diario de Lima aunque no lo sabía. Cubría noticias del Congreso. Conocía todo el edificio, desde lo que había debajo de los ceniceros, hasta las pedorretas del hoy presidente del Parlamento, Javier Velázques Quesquén, que ocasionó el alejamiento de su curul de Mercedes Cabanilas, que tenía el lugar contiguo al suyo en el hemiciclo. Un día vi algo que me pareció irregular. !Otra vez!, dije Llamé a Eric Dañino, fotógrafo en exceso, para decirle lo que estaba pasando y que se necesitaban fotos. Eric llegó. Al contemplar aquella muestra u alegoría de los políticos peruanos, su grado de autoestima. Estaban en los pantanos mismos del la concuspicacia, ya diré en que posiciones. se aferró a su cámara no siendo capaz de creerlo. Los funcionarios de gobierno de altísimo rango lucían borrachos debajo de las piernas de una docena de prostitutas baratas. Fue el escándalo del Pronaa. Comentan que el director del periódico, Guillermo Thorndike, al ver las fotografías con su enormidad de morza blanca, empezó a hacer ridículos pasos de baile en su oficina cantando la vida es bella. Pero no lo era para nuestras víctimas. La portada mostraba a la vedette brindando su sexo a un alto ejecutivo gubernamental echado en el piso. Ocasionamos un derrumbe de la popularidad del gobierno de
Alejandro Toledo, la rotura de tres sillas Luis XV en Palacio de Gobierno, e involuntariamente la oportunidad esperada por el Apra para remasterizarse y estenar su dudosa moralidad. El ataque fue furibundo, atenazaron sin piedad a los funcionarios toledistas, y desde entonces mantuvo una sostenida oposición al régimen al punto que hoy es el partido de gobierno. Claro, aquel era un periódico nauseabundo, y la redacción olía a baño de estadio, pero había talento en la escuadra. Bueno, para justificar, Raymond Chandler, salvando las distancias, trabajó en uno de esos diarios en Los Angeles.
Yo me retiré de ese mundo del poder para reemplazar la mediocridad parlamentaria, la inquina de los imcapaces y las ambiciones menores de tantos amigos preocupados por pequeñeces o como Jorgito, por su BMW del año, o por el tinte de cabello, por una vida de aventura en un nuevo mundo, eso si, cosmopolita y creativo. Tras experimentar como bar tender, pues se me ocurrió abrir un babilónico bar cerca de la Plaza de Armas, al que llamé el Bunker, empecé a recibir amigos como Sengo perez, fotógrafo uruguayo, Carlos Araujo, funcionario del ministerio de Tansportes, Marco Torres, asesor de la bancada fujimorista, alguna vez otros fotógrafos como Cecilia Larraburre, y claro vagos de todo país y calaña, gays en sus cumpleaños, algún proxeneta italiano que me ofreció alquilar el lugar para hacer un sex shop, bricheras, muchos antisistema, mi amigo periodista suizo Paul Brunner, la ecologista suiza Kathia Balmer, y un largo etc.
Pero pensé en que era necesario volver al priodismo con un gran tema. Eric estuvo de acuerdo, aun recuerdo. El tabajaba en la revista Dionisos del Club del Vino tomando fotografías de vinos, piscos, y comida gourmet.
Empezamos los arreglos del viaje revisando todo lo que se hablaba de la futura carretera. Para entonces ya era amigo de muchos guías de turismo, peruanos, europeos, japoneses, quienes me empezaban a dar una versión oral muy distinta a la que se venía hablando en los medios. La llamada carretera interoceánica estaba siendo muy bien maquillada, y no había razón, si es que no es que haya algo que no se quisiera mostrar. Eric y yo decidimos entrar a ese mundo y ya no mostrar hepáticamente el daño que sucede contra el ambiente, sino la hitoria de un lugar enclavado exactamente en el fin del mundo, donde hace 100 años recalaron los más raros aventureros buscadores de oro.

lunes, 29 de junio de 2009

TIRO AL BLANCO DE LOS ANDES



Texto: José Calderón
Foto : Eric Dañino





5 de la mañana. El Abra de Hualla Hualla, Cusco, Perú. 12 grados bajo cero. A partir de estas montañas de nieves perpetuas, antiguamente adoradas por los incas, comienza el misterioso Antisuyo, donse aparentemente el incanato aprovechaba sus tierras para la siembra de la hoja sagrada de la coca. Tras un tortuoso viaje de 12 horas desde Cusco, titiritando de frío sobre el piso metálico del carguero de combustible, nos acercamos al final del ascenso. Bien valió el sacrificio de viajar en la tolva del vehículo. El amanecer es asombroso. Eric está acurrucado como un feto, literalmente destrozado por el traqueteo del transporte, e intenta dormir en medio de un estruendo latoso que nos obliga a gritarnos para comunicarnos. Este sufrimiento es el mismo que durante décadas sufren todos los humildes pasajeros que para viajar por la vía barata a madre de Dios se atreven a bajar por esta ruta a la selva. Los turistas nunca toman este camino, es demasiado peligroso y hasta hace dos años, el tiempo que duraba el viaje podía ser de dos a tres días, algo excesivo para un recorrido de apenas 400 kilómetros. "Hay que estar loco para ir por tierra nos dijo un guía conocido nuestro". Pero viajar por avión no era la idea. Lo que queríamos era ver las cosas desde dentro, y para eso, ni una camioneta 4 x 4, ni guías sabelotodos, ni previos avisos de nuestra llegada eran necesarios. Eric no despierta, está más blanco que la nieve. Pero el amanecer quintaesenciado es excesivamente bello y decido destaparlo. Gruñe,!oye que te pasa! y le digo, !Mira! !empieza a tomar fotos y no preguntes! Eric intenta ponerse de pie, cosa dificil en un camión que todo el tiemp da saltos, pero lo hace. Al al otear el suave resplandor en medio de la bruma reacciona. Desde entonces no hace un alto a los disparos de su Nikkon. Aqui vemos cuando dio uno de ellos en el blanco.

NUEVA SEÑALES DE PELIGRO EN LA AMAZONIA: LA BISAGRA PERU- BRASIL....... ¿Los costos del futuro comercial Brasil China?

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Texto: José Calderón
Fotos: Eric Dañino

La idea surgió de a pocos y el viaje fue inicialmente un sueño más. Iban a hacer un tajo en el corazón de la jungla entre Brasil y Perú y nadie decia nada. Desde la era del hielo se trataba del acontecimiento más importante para la existencia de millones de aves, insectos, hongos y nativos de las etnias matsiguengas, koapakoris, piros y mashcos, con una cultura casi desconocida acendrada en milenios en el verde amazónico, y que estaba en peligro de desaparecer. El escenario de este Apocalipsis era curiosamente en el fin del mundo, no demasiado lejos de la frontera entre Brasil y Perú. Queríamos estar en este lugar donde se iba o se está dando el dramático retroceso de estas culturas asi como el derribamiento de millones de árboles con nidos de aves raras, y vimos necesario hacer algo por que el mundo conozca los efectos de la nueva carretera interoceánica que pronto unirá el Atlántico y el Pacífico, aunque mas bien se trata del primer navajazo en la selva para dar el paso aChina ese gran mercado llamado Brasil y la salida del país carioca a el Pacífico.
Como periodistas nos dimos cuenta de que el shock iba a ser mucho más dramático que los dudosos estudios de la consultora medioambiental, "Walsh", contratada por las empresas constructoras, que estudiarían los efectos ambientales en lugares donde nadie llega, y donde los controladores del Instituto Nacional de Recursos naturales, INRENA, no pasaban de un dígito. Ante la imposibilidad de una respuesta confiable sobre lo que pasaría en el tramo montañoso que va de los 6000 metros sobre el nivel del mar hasta el llano amazónico, pensamos en los maravillosos pisos ecológicos únicos en el mundo que se verían comprometidos por la carretera. Tocamos puertas, muchas puertas, buscando la solidaridad a nuestro esfuerzo. Por ejemplo, acudimos a la Cámara de Comercio Perú- Brasil, mandamos el proyecto a la compañía Odebrecht, compañía que ganó la licitación para construir la carretera, visitamos las oficinas de WWF en Lima y enviamos cartas mediante nuestra amiga Kathia Balmer a Green Peace, pero nadie nos escuchó, aunque hay que decir Green Peace fue la única organización que se dignó a contestarnos un e mail. Era evidente que a nadie le importaba nuestro esfuerzo.
Fue cuando el fotógrafo Eric Dañino y quien suscribe, José Calderón, hombres de prensa peruanos, decidimos financiar con nuestros ahorros una investigación gráfica y textual para hacer un reportaje de largo aliento a todas estas tierras con serranías de aires gélidamente puros de domnde se contemplan a estas selvas infinitas con hasta 100 por ciento de humedad para sentir sentir su olor, su pensamiento, su alma, a quienes les preguntamos básicamente qué les parecía esto de abrir en su carnocidad una pista de 10 metros de ancho.
Los reportajes que publicaremos en este sitio muestran la increble dinámica de un macro y microcosmos tanto biológico como social e historias inéditas para la mayoría de seres humanos, en los cuales también rocogemos parte de su alucinante historia, incluyendo las anécdotas de epopeya de los aventurers que buscando el oro de sus ríos esribieron unas de las páginas menos conocidas de este rincón amazónico, que creemos está fácilmente a la altura de un guión clásico protagonizado por Robert de Niro.